BATALLA DE AYACUCHO - Prof. Jower Vilca Lazarinos

 


Cusco era el último reducto de los españoles. La derrota infligida en Junín había sido dura para los realistas. Los sobrevivientes marcharon a la capital de los incas para reunirse con sus tropas.
Allí los españoles conservaban un arsenal, una caballería numerosa y una potente artillería de 12 piezas. Las tropas suman en total 12 000 hombres. Era el ejército de José de la Serna, el último virrey de la corona española en el Perú. Esperaba refuerzos en su intento de mantener al Perú como colonia. En 1821, la Independencia se había declarado, pero faltaban las batallas decisivas para conseguir la libertad definitiva. La de Junín y Ayacucho representaron ello.
El virrey se dirigió a Huamanga por la vía de Abancay en busca del ejército patriota acantonado en Lambrama (Abancay) al mando del general José Antonio de Sucre, militar venezolano clave en la Independencia del Perú.
Sucre salió al encuentro del enemigo. Ambos ejércitos chocaron en Bombón. Los españoles salen en retirada.



Días después, el ejército patriota al ingresar en el valle de Carpa Hurccuy es atacado por las huestes del general español José María Valdez. La infantería colombiana que formaba parte del ejército patriota fue derrotada y fugó en forma despavorida. Los españoles la siguieron y mataron a 200. Sucre se dirige a Tambo Cangallo, al sur de Huamanga (Ayacucho)
Los dos ejércitos avanzaron en el mismo rumbo y en columnas paralelas. Sucre llegó al poblado de Quinua. Días después el Virrey José de la Serna arribó a las alturas de los cerros llamados Condorcunca, cerca de Quinua.



El 7 de diciembre, el general Sucre estableció su cuartel general en las pampas de Ayacucho y un consejo de guerra, reunido por él mismo, resolvió dar la batalla al día siguiente.

Sucre organizó su ejército en orden de batalla, Gamarra manda el Estado Mayor, siendo su ayudante Ramón Castilla. La división colombiana de Córdoba se ubicó a la derecha de Hatun Huaycu; la segunda división colombiana -a órdenes de Lara- se colocó en el centro. La caballería dirigida por Miller ocupó también el centro, en tanto que la división peruana de La Mar hacia la izquierda.
El virrey y su ejército se acantonaron en las faldas de los cerros. La división de Valdez se colocó a la derecha, la de Villalobos a la izquierda y la de Monet en el centro, la artillería se ubicó en Chinchicancha.

El número de los patriotas era de 5870, mientras que el de las tropas realistas, de 9310.



A las 9 de la mañana del 9 de diciembre, la división de Villalobos inicia el descenso rápidamente.
El general español Canterac y sus soldados se ubican velozmente en la retaguardia. El virrey De la Serna avanzó presuroso entre las columnas de vanguardia. Monet marcha después de Villalobos, la caballería avanza rápidamente en medio de la infantería, las tropas llegan al llano y se colocan formando una línea.

El colombiano general Córdoba pronuncia la célebre arenga: ¡Adelante! ¡A paso de vencedores!
Córdoba, quien dirige a los colombianos, dispone que sus hombres se formen en cuatro columnas paralelas. Entretanto, la caballería que está dirigida por Silva ataca al unísono, pero Silva cae herido. Después de largo combate, los realistas comienzan a retroceder para posteriormente dejar el campo y escapan a las alturas. El virrey cae preso. Valdez avanza por el río Vendamayo y abre fuego contra La Mar y sus hombres que, frente a las circunstancias se retiran. La división de Lara es atacada, los españoles atraviesan el río y comienzan a perseguir a los patriotas. Miller interviene al mando de los Húsares de Junín y hace retroceder a las tropas realistas.

Posteriormente, la infantería peruana vuelve al ataque al mando de José María Plaza y arremete con tan admirable estrategia a Valdez que las tropas se diseminan en todas las direcciones.
Es completa la victoria de los patriotas en Ayacucho. El general Canterac propone entonces la rendición y se firma la capitulación de Ayacucho con lo que se consolida la Independencia del Perú y la independencia definitiva de los países de América del Sur.


¿Qué significó la batalla de Ayacucho para el Perú y América del Sur?


Significó el fin de la opresión española, el término de casi 3 siglos de servidumbre, tiranía y de abuso a un pueblo, que lo único que anhelaba es poder dirigir su destino, bajo la luz de la llama de la libertad, la igualdad y la fraternidad.

Hoy debemos hacernos una pregunta: ¿Ganamos realmente nuestra independencia aquel día?, cambiaron las cosas para el pueblo, o solamente fue un pequeño grupo el beneficiado de estas circunstancias.

Qué hacemos nosotros actualmente para agradecer y merecer el sacrificio de tantos hombres y mujeres, que ofrendaron sus vidas por la promesa de un futuro diferente y de un país mejor, no solo para ellos, sino también para sus hijos y las generaciones que iban a venir.

Sigamos luchando pues, por conseguir aquella libertad e igualdad que merecemos todos los peruanos, desde donde estemos, para edificar una sociedad más justa, tolerante y que brinde las mismas oportunidades a todos los que formamos parte de ella.

¡ Viva el Perú !

Prof. VILCA LAZARINOS, Jower Alexander


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